Hölderlin debe su fama a sus composiciones líricas que se caracterizan por una intensa subjetividad, aunque sus cualidades expresivas se ven atemperadas por la contención y el equilibrio del clasicismo griego. No usaba rima; en su lugar escribía con una forma poética flexible conocida más tarde como verso libre. Sus poemas conjugan fina pureza técnica y alta inspiración, y transitan el conflictivo territorio entre la razón y la locura. Cada uno de los poemas que componen este Himno al amor parecen haber sido originados por un estallido sentimental, pero su mensaje los transforma en un símbolo.