Este libro narra la obsesión del científico por crear vida a partir de la
materia inerte. Manipulando cadáveres deambula entre el cementerio y la
morgue, y luego de ciertos experimentos “eléctricos” no explicitados, crea
el “monstruo” u horrendo huésped, como también lo llama, que
paradójicamente nace “inocente”. El horror y el desprecio de los demás lo
recluyen en la soledad, pero a medida que adquiere el lenguaje, se hace
humano. Aunque ya es tarde: despreciado por su “padre”, comienza a
exterminar, uno a uno, a todos los seres queridos que rodean a Víctor.
Luego es éste quien corre detrás del “monstruo” para destruirlo y evitar
nuevos males. La clásica obra de Mary Shelley persigue una vaga intención
crítica con el tiempo que presentaba, de manera bastante pesimista, una
visión utópica de costumbres y educación alternativas.